domingo, 19 de abril de 2015

Trastornos y síndromes no especificados: COMPLEJO DE INFERIORIDAD

Un complejo es un pensamiento irracional o una idea distorsionada que tenemos de nosotros mismos. Sin embargo, por equivocada que sea, la creemos y actuamos en concordancia a ella como si fuera cierta. En este caso, vamos a hablar del complejo de inferioridad.

El complejo de inferioridad (en el campo de la psicología o el psicoanálisis) es un sentimiento por medio del cual una persona se siente de menor valor que los demás. Normalmente es un reflejo mental inconsciente que se proyecta por la imagen distorsionada del yo al ser comparada con las ideas que ha obtenido el individuo a lo largo de su vida. Estas ideas hacen que este individuo tenga menos capacidades de las que realmente posee.

Si tenemos este complejo, estamos seguros de que somos peores que los demás seres humanos. Más pequeños. Más indefensos. Más inútiles. Más miserables. Menos aptos. Menos capaces. Menos valiosos. La pregunta es, ¿qué porcentaje de eso es verdad? ¿Cómo se instaló esta idea en nosotros?


Las principales características de las personas con complejo de inferioridad son:
  • Sentimientos de inferioridad y baja autoestima.
  • Inseguridad y poca confianza en sí mismos.
  • Timidez y actitud excesivamente complaciente con los demás.
  • Indecisión y excesiva tendencia a pedir consejo a otras personas.
  • Dependencia y escasa autonomía.
  • Tendencia a infravalorar sus méritos y a sobrevalorar los de los demás.
En la mayoría de los casos en los que existe un fuerte sentimiento de inferioridad, el motivo al que hace referencia ésta es totalmente desproporcionado o incluso inexistente a los ojos de un observador imparcial. Sin embargo, estas personas creen que todos lo perciben de un modo tan exagerado como ellos.

El sentimiento de inferioridad puede estar basado en alguna carencia o defecto localizado en cualquier parte de la persona, como por ejemplo: un defecto físico (como la forma de la cara), la estatura, color de la piel, vello excesivo, manchas, ceguera, cultura, e incluso fealdad global, lo cual se define como un rechazo completo a la propia corporalidad.

Cuando todo lo que caracteriza a este complejo se acentúa en exceso, puede establecerse un trastorno de la personalidad por evitación o bien un trastorno de la personalidad por dependencia. También es más fácil que las personas con sentimientos de inferioridad sufran trastornos depresivos o de ansiedad.

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