sábado, 11 de abril de 2015

Trastornos del sueño: NARCOLEPSIA

Cada día nos vamos a dormir sin ser conscientes de la importancia que tiene el sueño en nuestra vida cotidiana, hasta el punto de dar lugar a diferentes trastornos.

Hoy vamos a tratar uno de ellos, la narcolepsia. Esta se puede manifestar de diversas formas, pero especialmente mediante una somnolencia excesiva durante el día, la cual deriva en los conocidos como ataques de sueño (momentos en los que el deseo de dormir resulta irreprimible). Lo que sucede en este trastorno es que las fases de sueño están mal reguladas, especialmente la fase REM.


 Suele aparecer entre los 20 y 30 años, pero realmente puede darse a cualquier edad, incluso en niños. Se estima que en los países occidentales la incidencia de dicho trastorno es de 0,2 y 2,6 por cada 1.000 habitantes.

Las causas de este trastorno aún son desconocidas, pero se cree que está asociado a una predisposición genética, donde influyen los antecedentes familiares. Además, también puede deberse a una destrucción selectiva de las neuronas secretoras de hipocretina (neuropéptido involucrado en la regulación del sueño). Desde que se presentan los primeros síntomas hasta el momento en el que se desarrolla el síndrome por completo, pueden pasar hasta 20 años.

Este síndrome incluye cuatro síntomas o manifestaciones: crisis de sueño diurno (el paciente puede quedarse dormido a cualquier hora del día y en cualquier situación), crisis de cataplejía (brusca relajación muscular, donde el paciente nota como se le caen los párpados o la mandíbula, entre otras zonas), alucinaciones hipnagógicas (ocurren cuando el paciente pasa de la vigilia al sueño, le cuesta distinguir las alucinaciones de los que es real) y parálisis del sueño (incapacidad para moverse o hablar durante un breve periodo de tiempo tras despertar o al quedarse dormido).


En la actualidad, no existe cura para este trastorno, pero sí tratamientos, los cuáles deben ser individualizados, atendiendo a las características particulares del paciente. Para una disminución de la somnolencia se utilizan agentes estimulantes del sistema nervioso central, para la cataplejía son efectivos los fármacos antidepresivos, etc. Es recomendable controlar los hábitos de sueño y practicar ejercicio.

A continuación, adjunto un vídeo de Jacqueline, una niña de 14 años que sufre dicho trastorno. 



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