La definición que argumenta la DSM- IV es "la
producción intencionada de síntomas físicos o psicológicos desproporcionados o
falsos, motivados por incentivos externos como no realizar el servicio militar,
evitar un trabajo, obtener una compensación económica, escapar de una condena
criminal u obtener drogas. Bajo algunas circunstancias, la simulación puede
representar un comportamiento adaptativo: por ejemplo, fingir una enfermedad
mientras se está cautivo del enemigo en tiempo de guerra”
Hay ciertos trastornos que suelen ser los más utilizados a
la hora de simular alguna enfermedad mental:
·
Trastorno de estrés post-traumático
·
Amnesia
·
Psicosis
En ocasiones es complicado diferenciar el trastorno facticio
con la simulación, aunque muchos estudios han concluido que puede llegar a ser
un reflejo de ello.
Hay diferentes métodos de evaluación que se llevan a cabo
para detectar la simulación:
·
Test de retención visual de Benton
·
La Batería de Halstead-Reitan
·
El MMPI
·
El PICA
En muchos de los casos, son utilizadas las entrevistas y los
autoinformes para la evaluación.
En muchas situaciones para desenmascarar a las personas que realizan este tipo de
acciones, es necesaria la utilización de varios de los métodos combinándolos para
una mayor eficacia, ya que no es fácil saber que personas tienen trastornos
mentales o somáticos y cuales lo están simulando.
El desenmascaramiento de estas personas es esencial en ámbitos
de la psicología como son la psicología forense y la judicial. En muchos
juicios las personas imputadas han alegado trastornos de algún tipo o han
simulado problemas físicos con el fin de evitar la pena de cárcel o al menos
con el fin de disminuirla.
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