Fuga que tiene todas las características de una amnesia
disociativa (incapacidad para recuperar información personal importante la cual
es muy generalizada para que pueda justificarse como un olvido normal), a la
que se añade un desplazamiento intencionado lejos del hogar o del lugar de
trabajo. Durante estos periodos de tiempo el paciente no recuerda una parte o la
totalidad de su vida pasada, no sabiendo ni siquiera quién es. En algunos casos
puede asumirse una nueva identidad que por lo general solo dura unos pocos
días, pero que puede alargarse durante largos periodos de tiempo.
Las causas de la fuga disociativa son similares a las de la
amnesia disociativa pero con algunos factores adicionales. Frecuentemente, la
fuga ocurre en circunstancias en las que se puede sospechar simulación. Dicha
simulación es un estado en el que la persona se comporta como si estuviera
enferma, ya que esto le da una excusa para librarse de sus responsabilidades.
Una persona en estado de fuga tras haber perdido su identidad
habitual generalmente desaparece de sus lugares de costumbre, dejando atrás
tanto su familia como su trabajo. El paciente puede viajar lejos de casa y
comenzar un nuevo trabajo con una nueva identidad, sin ni siquiera darse cuenta
de los cambios en su vida. Esta persona puede parecer normal. Sin embargo, en
algún momento puede darse cuenta de su amnesia, o incluso estar confuso acerca
de su identidad. En ocasiones no puede hacerse diagnóstico acerca de este
trastorno hasta que el paciente no vuelve a la identidad anterior,
experimentando sufrimiento tras encontrarse a sí misma en una situación
desconocida.
Una fuga es raramente reconocida mientras está sucediendo.
Cuando la fuga disociativa se repite más de unas pocas veces, la persona
generalmente tiene un trastorno disociativo de la identidad.
El tratamiento para una fuga en desarrollo incluye que el
personal sanitario recoja información acerca de la identidad de la persona, que
deduzca por qué la abandonó y que le ayude a reasumirla.
Lo más frecuente es que las fugas duren horas o días y
desaparezcan espontáneamente. A menos que exista algún comportamiento durante
el periodo de fuga que haya traído complicaciones, el deterioro es leve y de
corta duración. Sin embargo, si la fuga fue prolongada y el comportamiento de
la persona durante ella fue problemático, puede dar lugar a diversas
dificultades.
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