Cada día nos vamos a dormir sin ser conscientes de la importancia que tiene
el sueño en nuestra vida cotidiana, hasta el punto de dar lugar a diferentes
trastornos.
Hoy vamos a tratar uno de ellos, la narcolepsia. Esta se puede manifestar
de diversas formas, pero especialmente mediante una somnolencia excesiva
durante el día, la cual deriva en los conocidos como ataques de sueño (momentos
en los que el deseo de dormir resulta irreprimible). Lo que sucede en este
trastorno es que las fases de sueño están mal reguladas, especialmente la fase
REM.
Suele aparecer entre los 20 y 30 años, pero realmente puede darse a
cualquier edad, incluso en niños. Se estima que en los países occidentales la
incidencia de dicho trastorno es de 0,2 y 2,6 por cada 1.000 habitantes.
Las causas de este trastorno aún son desconocidas, pero se cree que está
asociado a una predisposición genética, donde influyen los antecedentes
familiares. Además, también puede deberse a una destrucción selectiva de las
neuronas secretoras de hipocretina (neuropéptido involucrado en la regulación
del sueño). Desde que se presentan los primeros síntomas hasta el momento en el
que se desarrolla el síndrome por completo, pueden pasar hasta 20 años.
Este síndrome incluye cuatro síntomas o manifestaciones: crisis de sueño
diurno (el paciente puede quedarse dormido a cualquier hora del día y en
cualquier situación), crisis de cataplejía (brusca relajación muscular, donde
el paciente nota como se le caen los párpados o la mandíbula, entre otras
zonas), alucinaciones hipnagógicas (ocurren cuando el paciente pasa de la
vigilia al sueño, le cuesta distinguir las alucinaciones de los que es real) y
parálisis del sueño (incapacidad para moverse o hablar durante un breve periodo
de tiempo tras despertar o al quedarse dormido).
En la actualidad, no existe cura para este trastorno, pero sí tratamientos,
los cuáles deben ser individualizados, atendiendo a las características
particulares del paciente. Para una disminución de la somnolencia se utilizan
agentes estimulantes del sistema nervioso central, para la cataplejía son
efectivos los fármacos antidepresivos, etc. Es recomendable controlar los
hábitos de sueño y practicar ejercicio.
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