Según el DSM-IV,
la somatización es un patrón crónico de conducta de enfermedad, con un estilo de vida caracterizado por numerosas consultas médicas y dificultades sociales secundarias.
El trastorno de
somatización, conocido también como histeria crónica o síndrome de Briguet,
consiste en una enfermedad crónica donde la persona presenta síntomas físicos
que implican más de una parte del cuerpo, aumentando así su nivel de dolor,
pero no se encuentra ninguna causa física para explicar estos síntomas. El
dolor está muy relacionado con la preocupación.
Este trastorno se da
antes de los 30 años y es más frecuente en mujeres que en hombres. Según Freud, el síntoma histérico tenía
que ver con vivencias que al paciente le resultan desagradables comentar y difíciles
de recordar.
Las personas
con este trastorno tienen numerosas dolencias físicas durante años.
Mayoritariamente, las dolencias implican problemas y dolores crónicos con el
aparato digestivo, el sistema nervioso y el aparato reproductor. Los criterios según
establece el DSM-IV que se cumplen en una persona con un trastorno de somatización
son: cuatro síntomas dolorosos como en la cabeza, abdomen, extremidades, tórax…,
dos síntomas gastrointestinales distintos al dolor, un síntoma sexual y un
síntoma pseudoneurológico como parálisis, amnesia, sordera…
En este vídeo se puede observar algunos de estos síntomas del trastorno de somatización.
El
tratamiento para este trastorno es difícil ya que las personas suelen tener sentimientos de
frustración y actúan a la defensiva ante cualquier sugerencia con respecto al
carácter psicológico de sus síntomas. Aún así, para tratar
este trastorno es importante tener un único profesional médico para que no se hagan
demasiados exámenes. Uno de los tratamientos que puede funcionar es la
psicoterapia, especialmente la terapia conductual cognitiva. También se pueden
tomar medicamentos como antidepresivos y benzodiazapinas, sobre todo cuando se
presenta depresión o un trastorno de ansiedad.
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