Es un trastorno psicótico raro, en el que dos personas
comparten los mismos delirios y alucinaciones. En general una de las dos personas
tiene un trastorno psicótico, y la otra es una personalidad dependiente
que mantiene una relación muy estrecha con el paciente psicótico.
En la folie á deux pueden distinguirse
dos tipos:
- Folie
imposée, en el que una persona dominante (conocida como
'primario', 'inductor' o 'principal') crea inicialmente una idea delirante
durante un episodio psicótico y lo impone a otra persona o personas
(conocida como 'secundario'). Se supone que el secundario no habría
delirado si no hubiera interactuado con el inductor. Si los individuos son
ingresados en el hospital de manera separada, las ideas delirantes de la
persona inducida usualmente desaparecen sin necesidad de medicación.
- Folie
simultanée, en el que dos personas, que independientemente sufren
de psicosis, influencian el contenido de las ideas delirantes de cada uno
de ellos, de forma que se convierten en idénticas o muy similares.
La folie impuesta (aquella sobre la que se posee más
información pues es la forma clínica más común) se presenta principalmente en
las personas pertenecientes a los grupos socioeconómicos menos favorecidos,
mayoritariamente en mujeres y como supondrán, un 90% de los casos ocurren a
partir de lazos familiares (es más común entre hermanas que han convivido mucho
tiempo y en los matrimonios).
No obstante, siempre hay casos que rompen las reglas como el presentado por
médicos del Instituto de Psiquiatría en Kanke, la India; donde el paciente
comenzó a mostrar los primeros síntomas tan solo a los dos o tres meses de
comenzar la convivencia con su pareja.
Otro de los "estereotipos" relacionados con la
folie á deux hace referencia a que la persona inducida usualmente posee cierto
nivel de retardo o retraso mental o presenta alguna discapacidad que le hace
dependiente de la persona psicótica. Sin embargo, en los casos que se han
recogido recientemente, este patrón ya no es tan claro e incluso la persona
puede sucumbir ante las ideas delirantes de su pareja aún cuando mantiene una vida
social relativamente activa porque la persona sana prefiere
(evidentemente este proceso transcurre por debajo del nivel de conciencia)
aceptar las ideas delirantes y descabelladas de su compañero antes que perder
una relación que les reporta una gran satisfacción emocional.
A continuación os adjunto una historia real de dos gemelas con este trastorno.
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