El trastorno somatomorfo consiste en un dolor tan intenso
que puede llegar a alterar la vida cotidiana de la persona. Lo más curioso es
que este dolor es real, sin deberse a ninguna causa física. Se piensa que se
debe a problemas psicológicos.
En el pasado se creía que estaba relacionado con el estrés
emocional, asegurando que se encontraba “todo en la cabeza”. Sin embargo, con
el paso del tiempo se ha encontrado que estos pacientes entran en un ciclo difícil
de romper en el que la preocupación aumenta de cierta manera dicho dolor. A
medida que avanzan las investigaciones, se tiene más claro que el bienestar
emocional desempeña un papel importante en el inicio, la gravedad, la
exacerbación y la persistencia del dolor.
El principal síntoma de este trastorno es un dolor crónico localizado
en una o más partes del cuerpo que puede durar varios meses (incluso años) y
que limita las relaciones interpersonales, el trabajo y muchas otras
actividades de la persona. Con frecuencia, los pacientes están muy preocupados,
e incluso estresados, por su dolor.
Encontramos dos tipos:
- Trastorno por dolor asociado a factores psicológicos: se cree que los factores psicológicos son la única fuente que influye en su desarrollo.
- Trastorno por dolor asociado a factores psicológicos y a enfermedad médica: tanto los factores psicológicos como una enfermedad médica experimentada anteriormente desempeñan un papel importante en su desarrollo.
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