domingo, 29 de marzo de 2015

Trastornos depresivos: DEPRESIÓN MAYOR

Es un trastorno del estado de anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante semanas o por más tiempo.

La depresión puede ser producida por: Alcoholismo o drogadicción; Ciertas afecciones, como hipotiroidismo, cáncer o dolor prolongado; Ciertos medicamentos como los esteroides; Problemas para dormir; Hechos estresantes en la vida, como enfermedad o muerte de alguien cercano, divorcio, maltrato o rechazo en la niñez, soledad (común en los ancianos), ruptura de una relación.

Los síntomas de depresión pueden abarcar: Agitación, inquietud, irritabilidad e ira; Volverse retraído o aislado; Fatiga y falta de energía; Sentimientos de desesperanza y abandono, minusvalía, odio a sí mismo y culpa; Pérdida de interés o placer en actividades que alguna vez se disfrutaron; Cambio súbito en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso; Pensamientos de muerte o suicidio; Dificultad para concentrarse; Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.

La depresión en los adolescentes puede ser más difícil de reconocer. Los problemas de comportamiento, en la escuela o el consumo de drogas o alcohol pueden ser todos señales. Si la depresión es muy intensa, pueden presentarse alucinaciones y delirios (creencias falsas). Esta afección se denomina depresión con rasgos psicóticos.

R.B.M es un hombre de 48 años de edad que acude a consulta aquejado de tristeza, soledad, irritabilidad y alta sensibilidad; también sentimientos de fracaso como persona, padre y como ser humano, además de desánimo y cansancio por vivir, pelear por ello y hacerlo mal. Afirma sentirse así desde hace tres meses cuando se dio cuenta de que perdía a la mujer que quería. Desde entonces este estado es más o menos permanente a lo largo del día con picos de 9-10 en intensidad (de 0 a 10) que pueden durar hasta una hora. Estos momentos más críticos, suelen surgir en cualquier situación o lugar y ante cualquier persona.
 Dice que, a veces, en primer lugar siente algo o bien es una imagen o hecho lo que hace que surja ese malestar. Cuando ocurre, R.B.M siente tristeza y angustia, no sabe qué hacer ni cómo actuar; suele pensar en sus hijos y mujer, en su vida y comportamiento pasado, y lo único que hace es procurar estar solo, continuar con lo que estaba haciendo y/o ir a la Iglesia a rezar. Afirma que rezar y llorar en esos momentos es lo único que le alivia, se siente más tranquilo y contento. Reconoce que todo esto ha afectado a su vida laboral y personal; su rendimiento ha disminuido y ya no practica hobbies que antes sí que solía hacer. Le gustaba leer y estudiar, salir a pasear y, los fines de semana, ir al campo (la agricultura) y dedicar horas a la bodega y los vinos.

por si es de vuestro interés os adjunto un pdf con más información:

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